lunes, enero 28, 2008

No niegue: reconozca y haga algo
A los conductores comunicacionales del gobierno les falta imaginación. Acosados por casos de corrupción (desvíos de platas desde planes de empleo a campañas políticas, caso EFE, consultorías pagadas a Gendarmería nunca realizadas o pagos contra informes hechos a mano, por contar algunos) y el desorden de gabinete mantienen una estrategia que consiste en evitar la respuesta. Es pura retórica. Contrasta con la conducción comunicacional, aislada y bastante inteligente, del ministro Cortázar, quien partió y se mantiene en una posición pro ciudadana. No niega: refuerza. No es la gente la que dice que el Transantiago está mal: fue él mismo. La gente no tiene que decirle cómo está la cosa: es él el que sale en metro y pasa su trajeta BIP en una micro, saluda a un operador, recoge las opiniones de los usuarios.
El negar siempre ha sido una pésima estrategia, sobre todo cuando las evidencias están en contra. Bill Clinton lo sabe ("I did not have sexual relationship wit that woman", dijo con vehemencia y mirando a la cámara y después tuvo que poner otra cara).
Si tiene casos de corrupción y se lo encara por eso, lo inteligente sería decir: "Existen, lo lamentamos, esas personas no volverán a pisar el gobierno". En vez de eso, hay silencio y evasivas.
Si tiene desorden en las filas: "No habrá más desorden porque tenemos un plan de trabajo". Y mostrar el plan de trabajo. En vez de eso, hay frases rimbombantes, pero llenas de helio: "Ya no hay tiempo para dormirse en los laureles".
Las palabras y las declaraciones, cuando se reconoce y se refuerza, como en el caso de Cortázar, de quien se debiera aprender un poco ese manejo, deben ir acompañadas -cuando menos- del amago de esfuerzo. Por eso, al escuchar a la presidenta convocar a los ministros -a quienes se supone ella dirige- a mostrar "resultados y pronto", no entiendo la estrategia y me parece que se termina comunicando con equívocos. El vocero de gobierno, por ejemplo, reconoció en una radio que un informe de Contraloría demuestra que no hay evidencia de que la consultoría supuestamente realizada por el embajador Puccio a Gendarmería... pero no ve razón para sacar al personero de sus funciones como funcionario estatal.
Afirmación y acción van unidas en una estrategia comunicacional coherente, más aún en temas públicos y todavía más cuando se enfrenta una crisis.

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