viernes, abril 25, 2008

Periodismo pasivo, comunicación gubernamental activa

No sé si es que la generación de reporteros que tiene la misión de estar en la calle es menos activa que antes, o quizá la estrategia de acercamiento a los medios por parte del gobierno es más efectiva. Lo cierto es que se percibe una actividad poco cuestionadora especialmente en La Moneda.
Cada vez que aparece el ministro Vidal, dice alguna frase entre agresiva e irónica, y termina abruptamente los diálogos con la prensa, y nadie parece cuestionar aquello, sino que termina saliendo al aire como "el estilo de Vidal", algo así como "qué simpático el Ministro". Hace poco, tras la renuncia de la subsecretaria de Transportes por el caso de las frambuesas, una periodista cuestionó que no se hubiera tomado la misma decisión con los asesores de la avanzada presidencial y su responsabilidad en el caso Curepto. El ministro Vidal respondió que la Presidenta (¿o dijo "el gobierno"?) determinaba las responsabilidades y la gravedad de los casos, no los medios.
Eso es una muestra de la filosofía comunicacional de Vidal (¿o del gobierno?):
- Primero, se trabaja sobre el supuesto de que los medios no representan a la ciudadanía, lo que lleva a una ciudadanía-masa y pasiva. La ciudadanía es la receptora de los mensajes, el gobierno da por abiertos o cerrados los procesos comunicacionales. Punto. Nadie tiene nada que decir.
- Segundo, se marca una distancia notoria con la prensa. Por ejemplo, la práctica de poner un micrófono único y evitar, a través de un "punto de prensa", que los periodistas se acerquen, implica el control del proceso comunicacional. Así, el personero habla cuando quiere, lo que quiere y se puede retirar cuando quiere. La prensa ya no se acerca ni acosa con los micrófonos. El verse rodeado de periodistas y cuestionado ya no corre. Ahora el gobierno, en su casa, tiene el control.
- Tercero, las respuestas agresivas e irónicas marcan un rol disminuido de la prensa. La prensa, así, es un elemento al que se baja, como si se estuviera en la altura, y se le marca la función en términos de recepción. "Eso es lo que les quería informar, muchas gracias". Y listo. La información a la opinión pública, a través de los medios, se convierte así en una concesión graciosa.
Detrás de esto hay que reconocer más que un simple estilo: son elementos de una estrategia y cada aparición en La Moneda constituye una puesta en escena cuidadosamente elaborada para resaltar el rol del gobierno y disminuir el de la prensa.

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