
Sin importar el origen de ese establecimiento, los resultados que están logrando en el quintil más pobre de la población, en uno de los sectores socialmente más riesgosos, es sencillamente notable.
Algunas de las claves de su éxito:
- Más allá de la cantidad de horas a la semana en Lenguaje, y el uso de un método muy tradicional en la enseñanza de la lecto-escritura (el Método Matte), lo que me pareció más interesante fue que se planifican para que los niños aprendan a leer lo antes posible. A mediados del Primero Básico los niños ya están leyendo con bastante fluidez, lo que les posibilita aprovechar el tiempo de los años posteriores para comprender, en vez de gastar energías en decodificar las palabras y las frases.
- Gracias a eso, desarrollan estrategias para aumentar el gusto por la lectura. Entre ellas, horas especiales de acceso a la biblioteca. Además, en la asignatura de Lenguaje no califican las lecturas de libros, de modo que los niños no leen presionados. La lectura es seguida a través de bitácoras que son revisadas por los profesores en términos de mejorar la comprensión, pero no les ponen nota. Esto tiene una importancia tremenda, pues en un medio donde no tienen posibilidades de conocer el mundo, los instan a aprender de él a través de los libros.
- Usan un sistema de monitores, de modo que los alumnos más aventajados ayudan a los que se complican más con las materias. Así, el más aventajado está motivado, y el otro recibe doble ayuda (de su compañero y del profesor) y el curso se nivela hacia arriba.
Los resultados son impresionantes. Los niños aprenden a querer el lenguaje. Después de terminar una prueba, por ejemplo, se les ve sacando un libro y disfrutando de la lectura, en vez de salir a jugar. Llevan libros a sus hogares, donde probablemente no hay libros, y cambian la forma de ver el mundo también entre sus familias. Notable.
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